Es nuestro planeta y el único habitado. Está en la ecosfera,
un espacio que rodea al Sol y que tiene las condiciones necesarias para que
exista vida.
La Tierra es el mayor de los planetas rocosos. Eso hace que
pueda retener una capa de gases, la atmósfera, que dispersa la luz y absorbe
calor. De día evita que la Tierra se caliente demasiado y, de noche, que se
enfríe.
Siete de cada diez partes de su superficie están cubiertas
de agua. Los mares y océanos también ayudan a regular la temperatura. El agua
que se evapora forma nubes y cae en forma de lluvia o nieve, formando rios y
lagos.
En los polos, que reciben poca energía solar, el agua se
hiela y forma los casquetes polares. El del sur és más grande y concentra la
mayor reserva de agua dulce.
La corteza del planeta Tierra está formada por placas que
flotan sobre el manto, una capa de materiales calientes y pastosos que, a
veces, salen por una grieta formando volcanes.
La densidad y la presión aumentan hacia el centro de la
Tierra. En el núcleo están los materiales más pesados, los metales. El calor
los mantiene en estado líquido, con fuertes movimientos. El núcleo interno es
sólido.
Las fuerzas internas de la Tierra se notan en el exterior.
Los movimientos rápidos originan terremotos. Los lentos forman plegamientos,
como los que crearon las montañas.
El rápido movimiento rotatorio y el núcleo metálico generan
un campo magnético que, junto a la atmosfera, nos protege de las radiaciones
nocivas del Sol y de las otras estrellas.
Gira alrededor de su estrella en la tercera órbita más
interna. Es el más denso y el quinto mayor de los ocho planetas del Sistema
Solar. También es el mayor de los cuatro terrestres.
La Tierra se formó hace aproximadamente 4.500 millones de
años y la vida surgió unos mil millones de años después.
Es el hogar de
millones de especies, incluyendo los seres humanos y actualmente el único
cuerpo astronómico donde se conoce la existencia de vida.
La atmósfera y otras
condiciones abióticas han sido alteradas significativamente por la biosfera del
planeta, favoreciendo la proliferación de organismos aerobios, así como la
formación de una capa de ozono que junto con el campo magnético terrestre
bloquean la radiación solar dañina, permitiendo así la vida en la Tierra.
La superficie terrestre o corteza está dividida en varias placas
tectónicas que se deslizan sobre el magma durante periodos de varios millones
de años. La superficie está cubierta por continentes e islas, estos poseen
varios lagos, ríos y otras fuentes de agua, que junto con los océanos de agua
salada que representan cerca del 71% de la superficie construyen la hidrosfera.
Los polos de la Tierra están cubiertos en su mayoría de hielo sólido (Indlandsis de la Antártida) o de banquisas (casquete polar
ártico).
El interior del planeta es geológicamente activo, con una gruesa capa
de manto relativamente sólido, un núcleo externo líquido que genera un campo
magnético, y un núcleo de hierro sólido interior aproximadamente del 88%.
La Tierra interactúa con otros objetos en el espacio,
especialmente el Sol y la Luna. En la actualidad, la Tierra completa una órbita
alrededor del Sol cada vez que realiza 366,26 giros sobre su eje, lo cual es
equivalente a 365,26 días solares o a un año sideral.
El eje de rotación
de la Tierra se encuentra inclinado 23,4° con respecto a la perpendicular a su
plano orbital, lo que produce las variaciones estacionales en la superficie del
planeta con un período de un año tropical (365,24 días solares).
La forma de la Tierra es muy parecida a la de un esferoide
oblato, una esfera achatada por los polos, resultando en un abultamiento
alrededor del ecuador. Este abultamiento está causado por la rotación de la
Tierra, y ocasiona que el diámetro en el ecuador sea 43 km más largo que el
diámetro de un polo a otro.
Se compone principalmente de hierro (32,1%), oxígeno
(30,1%), silicio (15,1%), magnesio (13,9%), azufre (2,9%), níquel (1,8%),
calcio (1,5%) y aluminio (1,4%), con el 1,2% restante formado por pequeñas
cantidades de otros elementos. Debido a la segregación de masa, se cree que la
zona del núcleo está compuesta principalmente de hierro (88,8%), con pequeñas
cantidades de níquel (5,8%), azufre (4,5%), y menos del 1% formado por trazas
de otros elementos.
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